Por eso, no es posible y hasta es contraproducente pretender que los bebés recién nacidos se adecuen rápidamente a nuestras costumbres y necesidades. Mucho más sencillo es que desde el comienzo mamá y papá asuman que la manera en que concebían el descanso hasta el momento, durante estos primeros meses, va a ser modificada rotundamente.
Recién a partir de los 3 meses los bebés tiene alguna posibilidad de adaptarse y tener fases de sueño - unas seis horas- más prologadas por la noche. Te vas a dar cuenta porque en ese mismo período el bebé se presta naturalmente a estar más tiempo despierto durante el día. Si tus intenciones son generar hábitos de sueño a tu bebé, es recomendable esperar un tiempo prudencial que como mínimo indispensable ronda los 3 primeros meses.
Mientras, podés ir aprendiendo junto a tu bebé: mientras vos descubrís las características del sueño de un recién nacido, lo ayudás a adaptarse mejor a este mundo nuevo para él. En esta sección te contaremos algunas cosas que seguro te van a servir.